La Huelga General llegará por la voluntad de los
capitalistas y del gobierno del PP de no ceder ni un ápice del terreno
conquistado contra los trabajadores y de continuar aplicando sus recetas de
caballo anticrisis contra los sectores más castigados por sus políticas
antisociales (parados, pensionistas, asalariados precarios, familias con rentas
bajas, dependientes y familiares de dependientes,...) en forma de recortes
sociales, reforma laboral y un larguísimo etcétera que conforma la totalidad de
la política del actual gobierno.
Pero no podemos ir hacia una Huelga General más como las
lanzadas por CCOO y UGT en 2010 y 2012; huelgas generales sin continuidad
en las luchas posteriores y pensadas para recuperar la interlocución perdida
ante los gobiernos y la CEOE y que dilapidaron la acumulación de fuerzas
realizada en los procesos hacia su consecución.
La patronal y los sucesivos
gobiernos de la crisis ya no tienen
nada que ofrecer a un modelo sindical de concertación ya muerto, al que
no necesitan, cuando lo que encuentran frente a la brutalidad de sus medidas
antisociales es una resistencia pasiva, casi siempre tardía, remolona y mínima.
Para INICIATIVA DE CLASE la próxima Huelga General
debe ser preparada con planteamientos totalmente diferentes a los anteriores.
Es necesario preparar esa
Huelga General de modo que todas las luchas parciales y sectoriales vayan
convergiendo en ella y que su generalización y extensión geográfica actúe
como impulso que le dote de fuerza posterior.
Por otro lado, su momento
culminante no puede ser un punto y aparte hasta la próxima Huelga General. Al
día siguiente de la misma, las posteriores luchas, movilizaciones y huelgas
parciales deben actuar como ráfagas que golpeen al Gobierno del PP en
oleadas sucesivas que, sin desgastarse, sean capaces de hacer ingobernable
e insoportable la situación para los representantes políticos del gran capital.
Es necesaria una movilización sostenida en el tiempo contra el capital y su
gobierno, capaz de mantener e incrementar el proceso de acumulación de fuerzas
de los trabajadores en la lucha. Hablamos por tanto de una Huelga
General y de un proceso previo y posterior con carácter político.
Pero ese carácter político no puede agotarse en la consigna
de “fuera el Gobierno del PP”. Sería un grave error creer que bastaría con
sacar a Rajoy de la Moncloa para que todo cambie al día siguiente. El papel de
los social-liberales en los pasados Gobiernos griego, español o portugués muestran que no basta con una alternancia en
el Gobierno.
Sin una lucha de los trabajadores, tanto en el marco europeo
como en el nacional, radicalmente confrontada a los dictados de La Troika
y los intereses de las grandes corporaciones patronales europeas y,
específicamente del capital alemán, que avance hacia la EuroHuelga,
sirven de poco los cambios de Gobierno. Es necesario cambiar la correlación de
fuerzas en la calle entre trabajadores y capitalistas
Esa lucha debe empezar a levantar ya la estrategia de derribo
del capitalismo y de apuesta por un horizonte socialista que oriente
los conflictos porque el capitalismo ya no tiene nada que ofrecer a los
trabajadores. Es necesario impregnar las movilizaciones y sus proclamas de
contenido anticapitalista que marque la dirección de nuestras
reivindicaciones como clase.
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